En nuestra pasada conversación digital compartimos sobre el arte de darte permiso. ¿Ha pensado cuántas veces ha sido lacerante consigo mismo? ¿Para qué encerrar sentimientos? SENTIMIENTOS; SENTIR-MENTIR. Ocurre que en ocasiones nos auto-mentimos para no sentir la realidad que vive nuestro interior, el SER. Es como restringir el auto-conocimiento, crecimiento, sanación… porque aplazamos el trabajar lo que no nos gusta de nosotros. Esta reflexión es necesaria para alcanzar la meta o sueño aspirado.
Ciertamente, la tendencia es guardar en el armario lo que no se quiere trabajar, lo que ocasiona dolor, pero … ¿y si lo trabajo de una vez y paso al siguiente nivel de crecimiento, cómo me sentiría? Es como el licuar las piedras de las penas, y miedos, una carga pesada que no deja avanzar de manera fluida; y más aún, aproximarse al logro de los sueños.
Culturalmente a la concepción de estos sentimientos se le otorgan fuerzas negativas como: debilidad, inseguridad, fracaso, infelicidad… Si permite que los sentimientos no le opriman, alzaran vuelo; saliendo a través de las ventanas del alma, los ojos, y ocurriría una conversión aerodinámica y acontecerá la elevación. ¡Sí, más allá del razonamiento de poder ser lo que merecemos y queremos ser, DISTINTOS, FELICES!
Dra. Belén Sotomayor Ortiz
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Excelente!!! Limpiemos con animo el armario interior!
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